Olegario tenía poderes extraordinarios como la telequinesia. Podía mover cosas con la mente, sin tocar los objetos.Algunas veces se quedaba con una cara extraña, como si le estuviese ocurriendo algo, y así era.Cada vez que ponía aquella cara se movía un objeto. Su madre, al saber lo que le ocurría, decidió llevarlo al médico, pero él le explicó que no era ninguna enfermedad y que ya se le pasaría.
Aquella misma tarde quedó con su mejor amigo para desahogarse y confiarle "su problema". Apenas empezó a hablar, su amigo le cortó con una sonrisa. Olegario creyó que se reía de él.
- No hombre, es que ya lo había adivinado. Tengo el don de la telepatía.
Y Olegario se quedó un poco intranquilo.Que alguien sepa todo de ti, incluso lo que estás pensando...
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